TEACHING AT PITT: ¡Celebremos la herencia latina todo el año!

In honor of Hispanic Heritage Month, the University Center for Teaching and Learning is pleased to offer our first Teaching at Pitt article in Spanish. As the Teaching Support unit considers additional ways to support diversity and inclusion in the classroom, we welcome your feedback and suggestions. If you would like to read this article but have not yet learned to read Spanish, we recommend using a web translation tool for assistance. Most browsers offer this as a plug-in or standard feature. Feel free to contact us if you need additional tips. Thank you.

By LIZETTE MUNOZ ROJAS and TAHIRAH WALKER

Hispano, latino, o Latino América, son palabras e ideas que reflejan construcciones culturales que enfatizan una visión del mundo según un criterio impuesto por un determinado contexto histórico y social. Hoy en día, en los EE.UU. y en las aulas de Pitt, esta categoría agrupa a estudiantes latinos inmigrantes o no inmigrantes, estudiantes cuya preocupación diaria es el estatus migratorio de un ser querido, estudiantes que buscan recuperar sus lazos culturales a través de clases de portugués o clases sobre los partidos políticos del Latino América y estudiantes que han logrado superar el estigma de crecer en un país donde la cultura dominante suele minimizar el valor de su idioma o su comida (con la notable excepción de los tacos…) y con orgullo pueden decir que son, por ejemplo, “100% hondureños.” El Centro para la Enseñanza y el Aprendizaje se une a la celebración de la diversidad latinoamericana en Pitt.

Voces latinas en el aula

“Because I talk white, I’m not Dominican, or I’m not black, or I’m not Afro-latina or whoever people perceive me of being. And that hurt and that still hurts,” dice una joven mujer de ascendencia dominicana. Minutos más tarde, se seca una lágrima al recordar, frente a la cámara que muestra una conversación sobre identidad y raza, el momento en el que, ya viviendo en los Estados Unidos, dejó de hablar en español con su madre. Dentro del sistema educativo americano el inglés sigue siendo la principal herramienta para el éxito académico. Incluso en los colegios de los estados con los más altos porcentajes de latinos no inmigrantes (i.e., California y Texas) se ha remplazado la educación bilingüe con programas de inmersión estructurada cuyo beneficio es enseñar el inglés como única lengua, relegando el uso del español al entorno familiar.

Aunque el fenómeno conocido como linguistic profiling afecta a otras lenguas minoritarias (i.e., el inglés afroestadounidense vernáculo o el inglés apalache), durante el Mes de la Herencia Hispana (HHM) es importante considerar cómo las actitudes que generan discriminación lingüística se manifiestan en nuestras aulas y en la vida cotidiana de los estudiantes e instructores latinxs de Pitt. En nuestro rol como educadores, un esfuerzo sincero – aunque imperfecto – por incluir voces latinas en nuestras clases (vía temas, lecturas, o ponentes invitados) es la mejor arma para combatir la discriminación y promover la representación positiva de la comunidad latina.

Tu lenguaje, tu acento / Yo quiero descubrir lo que ya estaba descubierto

Durante el coloquio sobre el “Apoyo a la enseñanza y aprendizaje de estudiantes e instructores internacionales” organizado en el marco de los eventos del Instituto para la Diversidad durante el verano de 2019, Marta Ortega-Llebaria, del Departamento de Lingüística, afirmó que — sin importar el idioma — todos hablamos con un acento. Empleando una poderosa cita de Mari Matsuda, Ortega-Llebaria enfatizó que nuestros acentos cuentan la historia de quienes somos, de quién nos cargó cuando niños, de dónde vivimos, de nuestra edad, de las escuelas en las que estudiamos. Matsuda concluye que cuando alguien nos dice que no le gusta la manera en la que hablamos, es muy probable que nos esté diciendo que no les gusta quienes somos.

El tokenismo de estudiantes y profesores que se identifican como latinxs debe evitarse, pero es importante reconocer la diversidad de nuestras experiencias. En el mismo evento, Abdesalam Soudi, también del Departamento de Lingüística, nos recomendó el uso de una Caja de la cultura, en la que al comienzo de cada semestre, él y sus estudiantes depositan símbolos o historias importantes que definen su identidad social. Ser conscientes de que nuestros estudiantes no dejan sus historias de vida fuera del salón o al momento de empezar a ejecutar un experimento nos puede ayudar a establecer una conexión auténtica con ellos.

Cómo funciona el aprendizaje

El conocimiento previo, la información y las experiencias que nuestros alumnos traen consigo deben funcionar como la base en la que nuestras lecciones han de anclarse. Beverly Daniel Tatum, lleva la metáfora del conocimiento como los cimientos del edificio del aprendizaje un paso más allá. En su libro sobre el efecto que ejercen las costumbres y valores de la cultura dominante (anglosajona) en el sistema educativo americano, nos pide imaginar que cuando – como instructores – ignoramos que nuestros estudiantes hablan o entienden otro idioma además del inglés, es como si los cimientos de su cultura, fuertes y estables fueran abandonados, y los ladrillos y otros materiales de construcción fueran depositados en un terreno baldío al otro lado de la calle.

Como co-creadores del conocimiento de nuestros estudiantes, es importante modelar el respeto por la diversidad de otros, empezando por hablar con honestidad sobre nuestras propias experiencias. Si somos instructores bilingües, es útil mencionar que es muy probable que noten nuestro acento. Pero también vale la pena recordarles que su capacidad de reconocer los acentos de sus interlocutores (y de esforzarse por aprender más de las historias que dichos acentos nos cuentan) los enriquecerá como personas.

Lizette Munoz Rojas is a teaching fellow for the Graduate Student Teaching Initiative, and Tahirah Walker is a manager with the University Center for Teaching and Learning